El lunes y martes estuvimos reunidos un grupo de chilenas y chilenos en La Cuesta, para hablar del bicentenario y la sociedad chilena actual (o el vil-centenario, como lo llamarían los mapuche). Este encuentro estuvo organizado por el grupo Amigos de Chile.
Este grupo es bastante interesante, principalmente porque como dice Pedro Zerolo, tienen una forma de ver la nacionalidad que es expansiva, participativa, inclusiva. Practican el folclore y lo comparten junto a otros grupos, incluyendo el folclore canario. Bailan lo mismo una chueca que una isa y comparten las tradiciones con alegría y sentido de equidad. Por eso mismo me dio un poco de pena tener que confesar y advertir a Orlando, su organizador mi postura crítica frente al bicentenario. La “conferencia” que me tocó dar iba sin práctica, es decir nunca la di sentada en mi cama, contando el tiempo. Fue un poco a capella y se sostuvo en algunos de los tópicos que vergonzosamente aun nos enorgullecen y en algunas realidades inmediatas. Luego hubo un debate en el que también tuve el privilegio de participar en la compañía del Trabajador social y Master en teología Josué Fonseca, un tipo bastante íntegro que partió con datos duros (como suele pasar) y que al final y contrariamente a la primera impresión que tuve, también guardaba una postura bastante crítica respecto a muchos temas que alcanzamos a ver.
Entre lunes y martes hablamos entonces de la Guerra del Pacífico y la vergonzosa rivalidad que los Gobiernos tan bien han rentabilizado respecto de nuestros vecinos inmediatos, específicamente Perú y Bolivia. Realidades construidas y que en el momento de los “kuibo” no se sostienen por sí mismas. Hablamos de los cambios que ha experimentado Chile en los últimos años, de la actualidad y de las vergonzosas violaciones a los DDHH del pueblo mapuche, hablamos del saqueo del agua y la cultura indígena en el pueblo aymara, y con sólo un botoncito de muestra, de la situación de las minorías sexuales en Chile y de la mujer.
En las intervenciones, debo agradecer que el lunes Ernesto aclarara que la rivalidad con peruanos y bolivianos fuera más fuerte en el norte y que actualmente la hostilidad tiene más bien relación con las fuertes oleadas de inmigrantes que se concentran en Santiago, un fenómeno “nuevo” que pasa por el tema económico, por así decirlo. Luego Cristian entregó sus propia perspectiva mucho más optimista, relacionada con el crecimiento económico y aumento de oportunidades.Josué terminó haciendo un llamado a recuperar nuestros colores y la capacidad de crear y mirarnos.Yo me despedí con la esperanza que pal verdadero bicentenario lleguemos con mejor pie. Finalmente el lunes vimos “El Regalo” que fue un auténtico ídem (con actrices y actores clásicos del cine y serias chilenas) y el martes a Coco Legrand... para cerrar con risas, que exorcisan cualquier raspadura que hubiera podido quedar de la crítica. Dos tardes encantadoras.
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