Basta ya de Basta ya. Hoy es el Día Internacional contra la Violencia de Género*, a la fecha, llevamos 50 muertas en este país a manos de sus parejas. Y como siempre no faltarán las que griten “Basta ya”, se cuelguen letreros que digan “Basta de violencia machista” o “Basta de Violencia contra las mujeres” como si la Violencia fuera un fenómeno ajeno a todo lo que la produce. Así es que he decidido darles una noticia: No podemos pretender erradicar la Violencia de Género sin entender que vivimos en una sociedad misógina. ¿No? ¿Fantaseo? Pues miremos a México: 43 estudiantes desaparecidos están provocando una revolución. Todos estamos de acuerdo en solidarizar con ello, yo también. Pero a nadie parece importarle que en Ciudad Juárez van 1800 desaparecidas/muertas por las que nadie ha parecido levantar un dedo (exceptuando sus familias) y por las que, desde luego, jamás se atacó a una gobernación, ni se detuvo a ningún alcalde, ni se generó una alarma internacional, ni de la décima parte de las proporciones que ha generado ésta.
Vivimos en un país en que la palabra “madre” fuera del 10 de mayo, es un insulto futbolero. Un insulto que significa inutilidad, carencia de fuerza, de habilidad, de resolución. En las radios se sigue escuchando reaggeton, la música predilecta de quienes ven a la mujer como un cacho de carne o canciones que directamente hacen apología de la violencia y hasta del feminicidio. Hay padres que aún insultan a sus hijos cuando lloran llamándolos “niñita”. Como dice una e-card que circula por internet, vivimos aun en un país en que la mujer que se niega a acostarse con un tipo se arriesga a que la traten de cartucha o lesbiana (porque en este país lesbiana es todavía es un insulto), si se acuesta con el sujeto es fácil, si usa condón es puta, si se embaraza es idiota y si aborta es satanás.
Cuando hablamos de violencia de género solemos pensar en golpes y en feminicidio. Pero olvidamos todos los “preparativos” que las mujeres vivimos a lo largo de nuestra vida que permiten que lleguemos allí. Porque violencia también es que yo me suba a un colectivo y me encuentre con un tipo que escucha y nos obliga a todos a escuchar alegremente “Chúpamela” o “mamita, te voy a dar tu lechecita”. Violencia es que, desde los 10 años seamos un objeto a los que los hombres pueden “premiar” por la calle si cumplimos "nuestro objetivo" de serles agradables a la vista. Olvidamos que nos han dicho hasta el cansancio que las señoritas no gritan, no se defienden, no arañan, no levantan la mano, no dicen garabatos, no piensan en sí mismas, etc. (ya nos entrenan con Cenicienta y afines para ello); nos olvidamos que cada 10 minutos estamos siendo bombardeadas con el mandatos de ser bellas. Un mandato durísimo, violentísmo, que tiene a muchas mujeres sumidas en depresiones, anorexias, o en serios baches económicos. Todo ello es violencia de género. Violencia preparatoria para la violencia. Violencia no sancionada, no examinada, no visibilizada: Violencia naturalizada y validada.
Esa es la violencia que tenemos que erradicar tanto como la de las estadísticas. La primera. Y los medios tienen mucho que hacer y decir al respecto. Yo propongo que empecemos por ahí. Que empecemos por entender que la violencia no empieza con el primer puño masculino que impacta en la cara de una mujer. Ni termina con el funeral. Empieza con la falta de cuestionamiento de nuestras costumbres y finalizará cuando decidamos poner fin a nuestra ignorancia, a la creencia que no tenemos nada que ver con ello y que es sólo un tema para habar el 25 de noviembre y de pasadita el 8 de marzo. Yo propongo que empecemos por ahí y dejemos de una puñetera vez de decir “Basta ya”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario