El muerto no se da cuenta que
está muerto: Sale agraviado de la reunión, pero respira un poco de aire y se
mira con optimismo en las vitrinas. Mira desde lejos a su asesino, pero no
comprende nada, cuando éste camina hasta darle la espalda.
El muerto empieza a oler
suavemente pero huele y ya nadie se sienta a su lado.
El muerto comienza a inquietarse,
mira a su alrededor en medio de una asamblea, pero nadie parece inquietarse con
él. Enarbola en discurso estremecedor pero por supuesto, al abrir los ojos, la
sala está vacía.
El muerto empieza a imaginar que
está muerto y, desesperado, reparte panfletos en las esquinas con fotos de sí
mismo, esperando encontrarse.
El muerto finalmente ya no puede
soslayar su estado tanatónico. Apunta a todas partes; todas las espaldas lo han
asesinado... Y ninguna. Finalmente se tira bocabajo en la calle y actúa sus
mejores estertores, tras acusar a nadie y a todos de su nueva naturaleza.
(2007).
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