
Hace 13 años, un grupo de mujeres en Kenia, creó la aldea de Umoja que significa “la unidad”, en idioma swahili. Fue creado en un terreno difícil, en las grandes zonas secas de las praderas. (Fuente: Canal Solidario) .
Empezó siendo un grupo de mujeres sin hogar y que huían de la violencia machista y poco a poco fue creciendo hasta convertirse en una aldea donde ellas se convirtieron en las protagonistas y tomaron las riendas de sus vidas. Umoja es un todo un ejemplo de cómo mujeres en situación de vulnerabilidad toman la palabra, deciden qué quieren hacer y qué no quieren y lo llevan a cabo. Lo leemos en ‘El Baúl de Josete’ y nos ha llamado la atención... Y luego nos ha surgido una duda: ¿Para acabar con el autoritarismo machista es una buena solución prescindir totalmente de los hombres? ¿No se están construyendo así mundos en exclusión?A ellas parece que de momento les va muy bien y se han convertido en referente internacional.
Rebecca Lolosoli, matriarca de un pueblo sólo para las mujeres, fue obligada a casarse con un hombre que le triplicaba en edad a los 13 años. Más tarde, violada y abandonada a su suerte, supo luchar por sus ideales y crear un lugar de comprensión en la nada. En Umoja, lo que empezó siendo un grupo de mujeres sin hogar, en busca de un lugar donde sentirse protegidas del maltrato, se convirtió en una aldea dirigida completa y exclusivamente por mujeres, seguras de sí mismas, se decidió que los hombres no se les permitiera vivir en su aldea circular, delineada de barro y estiércol. Actualmente, alrededor de 40 mujeres viven aquí, pudiendo crear un centro cultural y camping para los turistas que visitan la vecina Reserva Nacional de Samburu. Con los beneficios obtenidos han conseguido repoblar y florecer la zona, incluso han podido contratar los servicios de varios hombres para transportar leña, lo que tradici
onalmente en Kenia es trabajo de la mujer. Los hombres de su tribu vigilaban y espiaban a las mujeres, pensando que esta idea tenía los días contados. Sin embargo, las mujeres gracias a los ingresos procedentes de los campings y su centro cultural, donde se venden artesanías, fueron capaces de enviar a sus hijos a la escuela por primera vez, en cambio los hombres de la aldea, trataron de construir una oferta turística similar pero no tuvieron éxito. La matriarca Rebecca Lolosoli, fue incluso invitada por las Naciones Unidas para asistir a una reciente conferencia mundial sobre el “empoderamiento” de la mujer en Nueva York. Luego le siguieron hasta la pequeña aldea de Kenia; tomaron unas fotos, y atestiguó todo lo que ella había narrado. El reportaje dio la vuelta al Mundo.
onalmente en Kenia es trabajo de la mujer. Los hombres de su tribu vigilaban y espiaban a las mujeres, pensando que esta idea tenía los días contados. Sin embargo, las mujeres gracias a los ingresos procedentes de los campings y su centro cultural, donde se venden artesanías, fueron capaces de enviar a sus hijos a la escuela por primera vez, en cambio los hombres de la aldea, trataron de construir una oferta turística similar pero no tuvieron éxito. La matriarca Rebecca Lolosoli, fue incluso invitada por las Naciones Unidas para asistir a una reciente conferencia mundial sobre el “empoderamiento” de la mujer en Nueva York. Luego le siguieron hasta la pequeña aldea de Kenia; tomaron unas fotos, y atestiguó todo lo que ella había narrado. El reportaje dio la vuelta al Mundo.
